Nota traducida al castellano por Gabriela Horestein
El Clube de Cultura materializa la experiencia judeo-progresista en Porto Alegre, Brasil. Su patrimonio material, la sede sita en la calle Ramiro Barcelos —adyacente al barrio Bom Fin, donde se instaló la “calle judía”— fue reconocido como patrimonio cultural de la capital gaúcha, en concreto, mucho más por su historia y su memoria, que por los atributos formales del establecimiento arquitectónico; sustentado no por cuestiones de representatividad estilística o tipológica sino, sobre todo, por su legado cultural, la trayectoria y memoria del sector progresista en la comunidad judía portoalegrense, su apogeo y ocaso.
Quien hoy visite el Edificio Condominio Clube de Cultura, probablemente, no consiga percibir la fortaleza del proyecto político y cultural que este posibilitó. El imponente edificio tiene, en su planta baja, una entrada discreta, casi escondida, lo que le confiere una apariencia de entrada de garaje, la que se abre hacia un conjunto de departamentos en dos plantas y, al fondo, está el Auditorio Henrique Scliar —llamado así
en honor al militante anarquista, miembro fundador de la Asociación, y tío de Moacyr Scliar, el célebre escritor judeo-portoalegrense, figura importantísima en las articulaciones de la izquierda local a lo largo de buena parte del siglo xx—. Ambos espacios fueron erigidos por los socios y colaboradores de la Asociación. La mayor parte de los departamentos eran la morada de socios activos, consejeros y directores, que tenían en el terruño un espacio con las condiciones adecuadas para la elaboración y ejecución de incontables actividades culturales. En cierto sentido, había una “experiencia urbana colectivista vertical” de acción cultural judeo-progresista.
La sede del Clube de Cultura es el testimonio material de una segunda etapa de la organización del campo judeo-progresista gaúcho. Durante la primera mitad del siglo xx, la Liga Cultural Israelita aglutinó un amplio abanico de activistas que formaban el grupo progresista gaúcho y que, paradójicamente, ocupaba una sala en una sinagoga local. No hay mucha información sobre las actividades de la Liga,
salvo los nombres de algunos miembros, pero hay indicios suficientes que permiten percibir la relevancia de la organización de la izquierda local, sobre todo, después de las huelgas de 1917, que se produjeron a raíz de las revueltas políticas en Europa del Este, la decadencia del anarco-sindicalismo y la conformación de organizaciones de partidos de izquierda, entre los que se destaca el Partido Comunista Brasilero (PCB).
En cierto sentido, la experiencia organizativa que los inmigrantes judíos trajeron del Este Europeo, sea del Bund[1], del Poalei Tzion[2], o de la Yevsektzie[3] fueron, al igual que el Bund para el POSDR[4], modelos de organización y una fuente de praxis revolucionaria. La importancia de miembros como Jacob Koutzii[5] en la organización del PCB es notoria. Fue responsable del reclutamiento del importante dirigente comunista gaúcho, Eloy Martins[6].
Las actividades promovidas por la Liga Cultural Israelita consistían, normalmente, en la práctica de los dram-krayzn, círculos dramáticos, y de los leyen-kraizn, círculos de lectura: el legado constitutivo del progresismo procedente de las organizaciones judías político-culturales laicas del Este europeo. De eso, se tiene poco registro.
La Liga fue disuelta y su patrimonio, la biblioteca en ídish, retenido por la sinagoga tras las desavenencias surgidas por el ocaso político y ético de la asociación progresista gaúcha. El campo progresista no se reorganizó hasta el 30 de mayo de 1950 —lo hizo gracias a los esfuerzos de Henrique Scliar—, cuando se aprovechó el impulso de la superioridad moral que se le atribuyó a la Unión Soviética por la victoria de los aliados durante la Segunda Guerra Mundial —entonces se fundó el Clube de Cultura.
La estructura del Clube de Cultura contaba con un grupo interno reservado, de miembros más antiguos y pertenecientes a la generación de inmigrantes que trajeron de Europa Oriental las bases comunes de todas las asociaciones que llegaron a conformarse en el Idisher Cultur Farband (ICUF)[7]. Este núcleo originario de asociados, probablemente conformado por remanentes de la Liga Cultural Israelita, se afiliaba directamente a ICIB[8] o ICUF brasilero, defendía los principios idishistas y abarcaba un amplio abanico de posiciones políticas, antifascistas, desde Poalei Zion hasta la Sección Judía del PCB.
Esa amplitud fue la que habilitó el clima adecuado para la campaña de construcción de la sede social, la que se extendió entre 1950 y 1958, y finalizó con la inauguración del Auditorio Henrique Scliar, lo que fue contemporáneo con todas las gravísimas consecuencias que trajo el Informe Jrushchev[9]. Es notoria la conciencia, dentro las estructuras del progresismo, de las dificultades de los sectores
idishistas en suelo soviético y de todo tipo de indicios y acusaciones de antisemitismo de Estado en la URSS. El Informe Jrushchev llevó a la ruptura de la importante unidad promovida por la superioridad moral atribuida a los gigantescos esfuerzos bélicos de la URSS en la Segunda Guerra Mundial.
La retirada de gran cantidad de socios llevó a la Entidad a enfrentar dificultades de mantenimiento y problemas en la reorientación de su línea de acción frente a la sociedad judía y gaúcha, y en su propuesta de integración, lo que generó un viraje, en los años 60, hacia la apertura para que toda la comunidad portoalegrense pudiera asociarse. En la práctica, el Clube de Cultura siguió siendo una asociación mayoritariamente judía y bajo la hegemonía de los judíos, pero dentro de un marco social abierto a todos los sectores progresistas de la sociedad en general.
Este período estuvo marcado por una importante ampliación de las actividades, y tuvo como exponente el teatro —el que contó con la participación fundamental de Mario Frankl, director oriundo del IFT, en la formación de una generación de actores—, con las presentaciones inéditas de las obras de Qorpo Santo[10]. La inauguración de la sede propia, la modificación de la composición social y la
readecuación parcial de las actividades progresistas generaron una efervescencia cultural que duró hasta la llegada de los militares al poder y la ruptura institucional provocada por el Golpe de 1964. Ese periodo consagró al Clube de Cultura como espacio cultural progresista y como defensor de los principios democráticos, defensor de la vida y de la libertad, ideas que fueron la base de las memorables conmemoraciones del Levantamiento del Ghetto de Varsovia.
. En las conmemoraciones participaron amplios sectores de la comunidad, incluidos los sectores no progresistas de la comunidad judía, así como intelectuales y la sociedad política progresista-demócrata, entre quienes cabe destacar la participación de Leonel de Moura Brizola[11]; estas participaciones sumaban y hacían resplandecer las conmemoraciones.
Todo eso es prueba de la fuerte integración y de la intención de participar en la construcción de una coalisión de carácter democrático y popular; también de la expresión de la tendencia en la lucha antifascista, de los activistas progresistas judíos en Porto Alegre. El largo periodo de la dictadura cívico militar 1964-1985 fue afrontado con distinción por los royt yidn[12]. El Clube de Cultura es reconocido, y esa es la razón tácita y fundamental de que fuera nombrado patrimonio cultural, como un espacio de resistencia cultural ante las fuerzas reaccionarias y regresivas de los años de plomo. Cabe destacar la inolvidable presentación de Vinicius de Morales[13] en 1967 —el público se extendió desde el escenario del Auditorio Henrique Scliar hasta la calle Ramiro Barcelos—, la que se consolidó como la emulación de un próspero movimiento estudiantil en la coyuntura de mayo de 1968.
La apertura democrática no fue favorable al crecimiento y renovación de los dirigentes del Clube de Cultura. Este proceso gradual llevó a la creación de numerosos espacios alternativos, y la sede social ya no tenía la adecuada manutención y modernización para atender las nuevas necesidades de producción y disfrute cultural. Asimismo, la desintegración total del PCB y de amplios sectores de la izquierda,
el surgimiento de propuestas políticas de centro y conciliatorias como el Partido de los Trabajadores (PT) dificultan la recomposición y renovación de un núcleo dirigente coherente con los principios fundacionales de la Entidad.
En líneas generales, puede decirse que no hay más sectores organizados del judeo-progresismo en Porto Alegre. A pesar de ser un sitio patrimonial, la sede del Clube de Cultura es hoy un espacio que cuenta principalmente con actividades recreativas
y de entretenimiento, pero sin una línea de acción propia. El proyecto progresista de emancipación humana encuentra poquísimo eco, lo que se observa en sus concesiones a propuestas ajenas a la propia estructura organizativa. A gran escala, el espacio no es más que un reducido lugar para conciertos, que demanda enormes recursos para mantener su estructura física, reflejo de su decadente estructura organizativa y política. Las salas inutilizadas y la interdicción del Auditorio Henrique Scliar marcan la fase actual de la entidad, que intenta sobrevivir, en parte, por la imagen que viene de su pasado progresista y el protagonismo del royt yidn.
[1] Sindicato del Partido Obrero Judío en el Este europeo. La Unión de los Trabajadores Judíos (Bund) fue, para Lenin, un modelo organizacional para el POSDR; el Bund reclamó el monopolio del trabajo político sobre los trabajadores judíos poco después de 1917.
[2] Partido marxista-leninista y sionista.
[3] Sección Judía de los Partidos Comunistas. La forma en que el PCUS resolvió el enfrentamiento con el Bund, lo que condujo a su expulsión.
[4] Partido Obrero Socialdemócrata Ruso, partido que fue dividido en bolcheviques y mencheviques.
[5] Miembro importante del Clube de Cultura y del Partido Comunista Brasileño (PCB), fue un crítico de cine pionero en Porto Alegre bajo el seudónimo de Plinio Morae y padre de Flavio Koutzii, histórico militante del Partido de los Trabajadores.
[6] Secretario político del PCB en Rio Grande do Sul, durante la mayor parte del siglo XX.
[7] Federación Cultural Judía, organizada en 1937 en París como frente cultural judío antifascista.
[8] Instituto de Cultura Israelita Brasileira (ICUF en São Pablo). Organizó el trabajo progresista en el país y dirigió el periódico bilingüe Unzer Shtime (Nuestra voz).
[9] Informe en el XX Congreso del PCUS (1956) conocido como “discurso secreto”, al no publicarse completo hasta 1989 en el que denunciaba los crímenes del estalinismo. (N. de T.)
[10] Célebre teatrista de Rio Grande do Sul que pasó desapercibido hasta la década de 1960, cuando algunas de sus obras fueron representadas en el Clube de Cultura, momento en el que salieron a la luz pública.
[11] Político laborista de gaúcho, gobernador del Estado de Río Grande do Sul y figura central de la Campaña de la Legalidad, que pretendía garantizar la continuidad democrática con la toma de posesión del presidente João Goulart.
[12] En ídish, la lengua de los judíos de Europa del Este, los “judíos rojos”.
[13] Poeta, música y diplomático brasileiro.
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